Los
recuerdos burlan a los sueños, una moneda en un polvoriento arcade abre
un abismo y la adrenalina no tiene precio, un bello dolor que exprime
la claridad, unas almas rotas y un tren lleno de polvo, fiesta y
tequila.
Tequila juguetón, caricias húmedas al borde de una
mutilación, libertad a las almas, individualidad que es ilusión, nada
podría contenerle ni siquiera un juego de palabras.
Le recoge viejos
osos de peluche que caen de los arboles, los juegos interesantes
aprecian las sinfonías encontradas... se besa una noche una piel de
mentiras.
Mientras el la besa, una chica de verdad reposa dormida en
sus piernas, hombre, una mujer en la ahumada estación espera este viejo
vagón de madera, aire viciado, humo por las ventanas que lentas dejan
una estela, dos mujeres con el mismo nombre vienen del sur, ambas traen
cigarros.
