Una noche trasgrediendo,
Oscuridad y mil
tequilas nos funden,
En el sereno actos
de vandalismo erótico, invasiones peligrosas de pasillos ajenos y
exhibicionismo egoísta, el sol y la resaca de la mañana solo recuerdan el
momento de volver a métodos ortodoxos.
En toda la noche no moví la almohada del lugar que tu escogiste,
por instantes tu voz parecía mi hogar y tus mágicos toques se parecían a ese
confort que siempre me hacen despertar con mucho calor en la entrepierna, la
tarde te reveló un pasadizo, una marcha de poder y yo desperté a las 4 de la
mañana recordando que tan solo estaba en un hotel.
La cabeza da vueltas y aun me quedan algunas ramitas en los
pulmones, piedras en los ojos y una sonrisa inolvidable.